Hayao Miyazaki: el artesano detrás de tus sueños

Hayao Miyazaki: el artesano detrás de tus sueños

Hayao Miyazaki revolucionó el mundo de la animación junto a otros grandes animadores japoneses de la segunda mitad del siglo XX. Su criatura, Studio Ghibli, nos ha brindado una pléyade de títulos irrepetibles del cine de animación.


Studio Ghibli suele ser sinónimo de Hayao Miyazaki. Y viceversa.
El innovador genio de la animación japonesa se ha erigido a lo largo de los últimos 50 años como un referente del anime japonés. Sus títulos se consideran como de lo mejor de las islas niponas, tanto en cuanto a calidad de producción como a popularidad entre el público y la crítica a lo largo y ancho del globo.
Studio Ghibli ha traspasado fronteras estreno a estreno, título a título, demostrando que los “dibujos animados” son todo un arte, más allá del mero concepto de entretenimiento juvenil. La obra de Miyazaki y (en menor medida) la de sus sucesores y alumnos se ha convertido en un pilar del cine moderno y del sector de la animación.
En los siguientes párrafos, repasaremos contigo su carrera.


No obstante, no queremos empezar este artículo sin antes recomendarte lecturas imprescindibles para adentrarte en la obra del maestro. Marta Villar y Álvaro López son los responsables de “Mi vecino Miyazaki y “Antes de mi vecino Miyazaki, sendas monografías que repasan la trayectoria Hayao-Sama después y antes de fundar Studio Ghibli, respectivamente.
Además, también existe un tercer libro titulado Hayao Miyazaki e Isao Takahata: Vida y obra de los cerebros de Studio Ghibli, que estudia la relación de Miyazaki con su más importante colaborador, el director y animador Isao Takahata, otra de las figuras clave de la animación moderna.
Y dicho esto, podemos empezar a desarrollar nuestro artículo dedicado al maestro.

Primeros años

Nacido como Miyazaki Hayao (recuerda que el apellido viene siempre primero, de acuerdo al uso japonés), nuestro futuro creador vino al mundo en el distrito de Bunkyo. Su padre era el empresario Katsuji Miyazaki, cuya empresa manufacturaba piezas para los aviones de la armada imperial japonesa durante la II Guerra Mundial.


A pesar de su posición acomodada, el joven Hayao vivió la guerra muy de cerca, habiendo de trasladarse varias veces junto a su familia durante el conflicto.
Estos episodios tan duros y la tuberculosis vertebral que su madre sufrió durante sus primeros años de vida hicieron que el futuro animador entrara en contacto enseguida con la realidad del sufrimiento humano. Un tema recurrente en su obra posterior, junto al ecologismo, el feminismo y el pacifismo
De la misma manera, ideas filosóficas y posicionamientos comunistas (hay quien dice que perteneció al Partido Comunista Japonés durante años) también se vertieron en los mensajes que desarrolló posteriormente. Pero no nos vayamos tan lejos, volvamos a su juventud. 
Inicialmente, Miyazaki comenzó estudiando Ciencias Económicas y Políticas hacia los años 60. Sin embargo, tras licenciarse, comenzó a trabajar como intercalador (in-betweener) para Toei Animation. Es decir, encargándose del tránsito entre frames
En este estudio conoció a Isao Takahata, quien ya ejercía labores de dirección en aquellos años, y también a una figura clave en su desarrollo como animador: Yasuo Otsuka, director de “El gato con botas” (“Nagagutsu o haita neko”, 1969). 
Ya en calidad de animador en jefe, le veríamos adaptar numerosas obras tanto a formato OVA como Anime.


De este periodo, bien entrados los años 70, en España tenemos muy presentes series tales como “Heidi”, “De los Apeninos a los Andes” (Marco) o “Ana de las Tejas Verdes”. Aunque, también, si tienes cierta edad, seguramente recuerdes otro clásico televisivo que le debemos a él. Nos referimos a Conan, el Niño del Futuro” (“Mirai Shounen Konan”).
Y, detalle interesante, también se encargó de dirigir varios episodios de la primera temporada de Lupin III, anime basado en la obra de Monkey Punch. Precisamente este sería uno de los motivos por los cuales acabó dirigiendo en 1979 la primera película animada del ladrón: “El Castillo de Cagliostro” (“Rupan sansei. Terebi to Kariosutoro no Shiro”).
Entrados los 80, Miyazaki y Takahata trataron de volar solos y concurrieron algunas colaboraciones con estudios europeos. La más célebre y tristemente breve fue la serie de “Sherlock Holmes” (“Sherlock Hound”, en el mundo anglosajón), que adaptaba el clásico detective de Arthur Conan Doyle a un formato seriado con animales antropomórficos. Disputas con la familia del autor y un retraso en la producción, así como el nacimiento de Studio Ghibli, hicieron que el proyecto se cerrase.


Sin embargo, de la experiencia surgió una bonita amistad con el productor y guionista Marco Pagot, con el que colaboró en la serie de Sherlock. Años después, Miyazaki rindió homenaje a su amigo, bautizando al protagonista del filme “Porco Rosso” con su nombre.

Volando solo para alcanzar la gloria

En 1975, Miyazaki abandonó la Toei para comenzar a trabajar en la Nippon, pero tampoco pasó mucho tiempo con ellos, ya que en 1979 dejó este otro estudio.
1982 fue el año del cambio, ya que publicó una obra muy personal: “Nausicaa del Valle del Viento”, cuya edición se prolongó hasta 1994.
Este manga gozó de tan buena acogida que animó a Miyazaki a llevarlo a su versión audiovisual. Para su desarrollo, fundó junto a su buen amigo Takahata un nuevo estudio. Había nacido Studio Ghibli.


“Nausicaa” fue un éxito que le granjeó el aplauso de los críticos y de los espectadores. Tras su estreno en 1984, llegaron nuevos filmes marcados por varios de los temas que impregnaban esta epopeya pacifista y con un marcado discurso feminista y ecologista: 
  • “Laputa: Un castillo en el cielo” (“Tenku no shiro Raputa”, 1986)
  • “Mi vecino Totoro” (“Tonari no Totoro”, 1988)
  • “La Princesa Mononoke” (“Mononoke Hime”, 1997)
  • “El viaje de Chihiro” (“Sen to Chihiro no Kamikakushi”, 2001)
  • “El castillo ambulante” (“Hauru no Ugoku Shiro”, 2004)
  • “Ponyo en el acantilado” (“Gake no ue no Ponyo”, 2008)
  • Y su última película hasta ahora: “El viento se levanta” (“Kaze tachinu”, 2013) 
Además, en 2020 llegará su próximo metraje: “Kimitachi wa dô ikiru ka”, en la que explorará el periodo de la adolescencia y el tránsito a la madurez.

Otras colaboraciones

Además de las producciones que te hemos referido, Hayao Miyazaki también ha trabajado con otros cineastas, colaboradores, alumnos y familiares.
En primer lugar, destacamos sus labores como guionista para “Arrietty y el mundo de los diminutos” (2010), cuyo director fue su alumno Hiromasa Yonebayashi.
Este último fundó Studio Ponoc hace pocos años, responsable del mágico OVA Mary y la flor de la bruja” (“Meari to majo no hana”, 2017). Cabe decir que, aunque la calidad de Ponoc es indiscutible, la sombra de Miyazaki pesa mucho sobre sus producciones, palpándose su influencia en ellas.


El hijo del animador, Goro, es la actual cabeza visible de Ghibli. Padre e hijo trabajaron juntos en el desarrollo de la película “La colina de las amapolas” (“Kokuriko-zaka kara”, 2011), uno en calidad de guionista y el otro como director.
Si bien se rumorea que estas colaboraciones no se han extendido en el tiempo por tensiones entre padre e hijo, nunca se ha llegado a corroborar de manera oficial.
Por otro lado, tampoco hemos de olvidarnos del viejo amigo de Miyazaki. Isao Takahata ha sido una pieza fundamental del engranaje de Studio Ghibli y de su trayectoria.
El veterano animador ha trabajado mano a mano con su histórico compañero en numerosas producciones, colaborando estrechamente. Grandes títulos como “El Cementerio de las Luciérnagas” (“Hotaru no Haka”, 1988) o “El cuento de la princesa Kaguya” (“Kaguyahime no monogatari”, 2013) son obras muy personales de Isao-Sama.



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